El pensador, Rodin, 1880.
Cuando se nos pide que elaboremos una actividad con respecto
a un tema las primeras ideas siempre hacen referencia a lo que hemos hecho como
alumnos en Primaria.
Las primeras ideas sobre la actividad de Roma estuvieron
orientadas a competir, gladiadores, luchas, carreras, cuadrigas, la pista
elíptica del Circus Maximus,… Estas nos llevaron a pensar en las tradicionales
carreras de carretillas (en todas sus versiones). En este ejercicio todo
cuadra: se puede plantear a los alumnos que hagan la cuadriga y que compitan
entre ellos para llegar antes a la meta. Todo cuadra excepto la frase “yo
odiaba este ejercicio, aunque es de alta intensidad y nos cuadra en la
programación”. El hecho de acordarte de un ejercicio por que no te gusta ya es
razón suficiente como para descartarlo y volver a empezar.
“¿Y si hacemos una Naumaquia?” Esta debió ser la séptima u
octava idea que fuimos rediseñando sobre el papel varias veces (por ejemplo, se
descartaron ideas como la de ir a la piscina o inundar el gimnasio). Aunque,
sobre el papel nos han surgido dudas como la utilidad de los conos, el tiempo
que puede durar y qué hacemos con los náufragos. Algunas se pueden solucionar,
otras hay que probarlas para descartarlas o modificarlas.
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